Mantener la fe, contra viento y marea
La proximidad de la fiesta de Navidad nos devuelve a lo esencial: a pesar de todas las amenazas que pesan sobre nuestro mundo, ¡debemos mantener una CONFIANZA indestructible!
El 3er Misterio Feliz del Rosario nos invita a una entrega total en las manos de Dios, con la certeza de que Dios cuida de cada uno de nosotros, y de nuestro mundo, de manera extrema…
El espíritu de la infancia
El Niño Jesús en la cuna nos muestra el camino: volver a ser como niños pequeños. Confía sólo en nuestro Padre, vive cada momento en su presencia y espera todo de Él.
Cuanto mayor sea nuestra confianza en Él, más podrá actuar en nuestro mundo. Su poder se despliega a través de nuestra humildad…
En estos tiempos agitados y turbulentos que vivimos, sembremos en nosotros corazones el espíritu de la infancia, que nos permitirá permanecer en paz y alegría, sean cuales sean los acontecimientos.
La hermosa historia del Niño Jesús de Praga
En el clima de miedo en el que vivimos desde hace casi dos años, todos anhelamos el bien más dulce y precioso: ¡la paz!
Paz en nuestros corazones, en nuestras familias, en el mundo…
He aquí la historia del Niño Jesús de Praga, que nos muestra exactamente cómo encontrar la paz:
A principios del siglo XVII, la ciudad de Praga fue asolada por un terrible conflicto. Para llevar la ayuda de la oración a los habitantes se construye un monasterio de la Orden Carmelita. Pero la miseria reina en todas partes, y la comunidad de religiosos pronto carece de lo necesario para sobrevivir…
En 1628, la princesa Polyxena de Lobkowitz les regaló una estatua del Niño Jesús. La estatua era de cera, medía 48 centímetros y estaba vestida con hermosas ropas. Este regalo va acompañado de una invitación a la confianza: «Os confío lo más precioso para mí. Venerad bien al Niño Jesús y no os faltará nada en adelante. »
Recibida con gratitud, la pequeña estatua fue honrada con gran fervor por toda la Comunidad. Y durante dos años, a pesar de la miseria que abrumaba a la ciudad, los religiosos tenían todo lo que necesitaban: experimentaron la bondad de Dios que vela por sus hijos.
Desgraciadamente, la guerra estalló de nuevo en el país y los religiosos tuvieron que huir de su monasterio, que fue saqueado: la estatua del Niño Jesús fue arrojada por los agresores detrás del altar. Los religiosos regresaron algún tiempo después, a pesar de todas las amenazas contra ellos. Su vida era muy difícil, y todos habían olvidado la estatua del Niño Jesús…
…hasta que el padre Cirilo recordó el precioso regalo de la princesa Polyxena. Entonces, en un arranque de confianza, este religioso fue a buscar la estatuilla en la yesería amontonada detrás del altar. Contento y emocionado, lo recogió cuidadosamente y lo colocó en el coro de la capilla. A partir de ese momento, el peligro de guerra se alejó y la Comunidad encontró por fin la paz.
Un día, arrodillado ante el Niño Jesús, el Padre Cirilo escuchó claramente estas palabras:
«Tengan piedad de mí y yo tendré piedad de ustedes. Devuélveme mis manos y te daré la paz. Cuanto más me honres, más te favoreceré.«
Mirando detenidamente la estatuilla, el padre Cirilo se dio cuenta de que se le habían roto las manos. Así que hizo todo lo posible para que la repararan… pero se encontró con muchos obstáculos… Y después de muchas dificultades, de una manera totalmente inesperada, ¡la estatuilla fue finalmente reparada!
La historia de la estatua milagrosa no termina ahí. La fama del Niño Jesús se extendió por toda la región y luego por todo el mundo. Los milagros se conceden y prueban la especial protección del Hijo de Dios hacia quienes lo veneran en el misterio de su Infancia.
Porque a los que le rezan con confianza, el Niño Jesús les concede la paz, dulce y profunda, la paz que nada puede destruir.
Oración al Niño Jesús
« ¡Oh Jesús, Rey del Amor, confío en tu bondad misericordiosa! »
En 1922, la madre Yvonne-Aimée, una monja de Malestroit, en la Bretaña francesa, recibió del Señor la invitación a rezar y hacer rezar con esta invocación al Niño Jesús.
Esta breve oración, sencilla de rezar en cualquier momento del día o de la noche, es fuente de muchas gracias y favores.
Imagen del Niño Jesús
Un monje en el desierto fotografió el Santísimo Sacramento mientras estaba expuesto.
Al revelar la fotografía, apareció en ella la tierna y conmovedora imagen del Niño Jesús rezando a su Padre. Algún tiempo después, oyó que el Niño Jesús le hacía esta promesa:
«Prometo que en cada casa donde mi imagen encuentre un hogar, traerá bendición y paz».
En este período festivo de la Navidad, ¡que la meditación de este hermoso misterio, dentro de nuestra oración del Rosario, traiga la paz al mundo!
En este período festivo de la Navidad, ¡que la meditación de este hermoso misterio, dentro de nuestra oración del Rosario, traiga la paz al mundo!