El 31 de mayo, el último día del mes de María, ¡el número de rosas rezadas cada día llegó a 13.175!

Así pues, nuestras 85 coronas, que unían las oraciones de los países de habla francesa, inglesa e hispana, debieron de alegrar enormemente el Corazón de nuestra Madre Celestial… ¡Y las flores de nuestras oraciones se transformaron en frutos de gracias para el mundo entero!

Puestas a los pies de Nuestra Señora del Carmel al final del hermoso mes de mayo, las coronas formaban un magnífico ramo de rosas. Allí, en el antiguo Carmelo en Chambery, Francia, los miembros de las Coronas «locales» rezaron con fervor el Rosario Por El Mundo. Y a continuación, en gran contemplación, se ofreció una Misa solemne por nuestro mundo atribulado, ¡para que llegue la Paz y reine el Amor en todos los corazones!

Las Coronas de Rosas son únicas porque permiten a muchas personas que no están acostumbradas a rezar descubrir la alegría y la fragancia celestial que la Virgen María deja en los corazones de quienes le rezan.